Me río, al pensar que un día lloré por no
encontrar motivos por los que no hacerlo; y me siento fuerte, al sentir
que ahora soy capaz de inventarlos todos...
Sueño, cosas imposibles cada día, como un juego, como un reto que acepto, que disfruto; por el que lucho y por el que desearía morir...
Leo... y mientras me pierdo a través del espejo, pongo mi mundo del
revés por el simple gusto de volver a organizarlo minutos después...
Escribo... lo que siento y lo que padezco; lo que quiero y no puedo decir, lo que pienso y no puedo explicar...
Y vuelvo, siempre al principio, siempre al mismo punto; pues así ha de
ser, así lo llevo grabado en la piel a fuego, en una espiral donde se me
esconde el tiempo...
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