28 ago 2013

Preferencias

Ayer estuve con B. Acaba de volver de Guatemala. Desde que la conozco, ella siempre ha sido mi contacto con la realidad. Con esa que sé que existe y no puedo tocar. Con la realidad en la que quisiera sumergirme y no puedo. O quizás sí puedo. Pero no es fácil...
Me habló sobre todo de los niños... Y la miraba mientras me hablaba y la envidiaba. Me contaba anécdotas de unos y otros y yo sonreía. Porque los niños siempre parecen ser los únicos que nunca pierden la esperanza. Volví a comprobarlo cuando me dejó ver las imágenes que había grabado. Los niños bailaban, jugaban, sonreían... como si nunca la injusticia y la pobreza se hubiera tragado parte de sus vidas. Pero luego, como siempre, sus miradas. Esos ojos que siempre me encogen el alma. Miradas que te dicen que saben lo que es el dolor, el hambre, el desamparo, la tragedia, la tristeza, el abuso, la explotación, la miseria... Miradas desconfiadas y a la vez suplicantes. Miradas que te gritan que cuando tú ya lo hayas olvidado, ellos seguirán intentando reconstruir su futuro...
Ayer estuve haciendo un calendario con B. Ella se vuelve a marchar dentro de un mes. Y yo, el año proximo, me reuniré allí con ella. Volveré a ordenar mis preferencias. El año proximo quiero volver a entrar en contacto con la realidad. Quizás algún día consiga que ese contacto sea permanente. Porque esas miradas no me abandonan nunca...

*Gracias B.*

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