8 ago 2013

Kenda

Kenda fue un susurro, una palabra no dicha, algo que simplemente se pensó, y rompiendo las barreras que separan la inmaterialidad se deslizó en nuestro mundo. Un mundo envuelto en sombras húmedas que recorren mi espina dorsal cada anochecer haciendo latir mi corazón con pena y prudencia; un mundo que se crea a cada instante para volver a destruirse y pasar a formar parte de vanos retazos de sueños, de recuerdos perdidos que esperan un resurgir que nunca ha de llegar... Consumíamos el tiempo contemplando nuestros rasgos en la penumbra, adivinando cosas que podrían haber sido para acto seguido olvidarlas, queriendo hablar y callando para no despertar, sintiendo el frió y los dedos entumecidos al intentar acariciar el aire que esquivaba nuestro rostros, el agua que caía y no mojaba....Jugando a contar las gotas de lluvia se nos escapaba la vida... Tus labios se abren y se cierran, pero no puedo recordar que han dicho o si siquiera si han dicho algo. Y tus ojos me miran, pero tu mirada no me ve, me intuye, cree que estoy frente a ti pero no lo sabe, se niega a creer que pueda existir. Mis ojos se cansan y mi mente se hunde de nuevo en las sombras para no saber, para no comprender, para no pensar que es lo que acaba de ocurrir. Vuelvo las manos hacia el cielo buscando las gotas de agua que resbalan y se caen formando un charco ante mis ojos, pero yo no puedo verlo, no lo puedo recordar y me pierdo... vuelvo a dormir en una extraña vigilia que me permite ver sombras sin comprender y sin recordar; pero se que estás hay, pues no me siento solo es una intuición que descubro día a día, una sensación que viene siempre como la primera vez, pues no puedo recordar otra cosa que un presente que se esfuma para no dejar rastro de tu existencia, de mi existencia, oscura, vacía y densa...En ocasiones me cuesta respirar como si el aire se resistiese a penetrar en mis pulmones por miedo a alojarse en mi cerebro, por miedo a que pueda ser capaz de saber siquiera que tu sientes lo mismo. Y por un momento mi mano se mantiene inerte y se deja caer sobre tu imagen, en ese instante el aire se levanta y me arrebata de una ráfaga cualquier indicio de comprensión alojado en mis ojos, lo olvido todo y vuelvo a dormir hasta que la oscuridad me despierte hasta que mi mundo se vuelva denso y pastoso hasta que el esfuerzo por respirar me nuble la  cabeza y me impida ver que es lo que tengo a mi alrededor....... Kenda, kenda, creo que .... Kenda es.... Kenda, kenda..... las tinieblas me asaltan con una fuerza que no había sentido hasta ahora, callan mis pensamiento, silencian mis palabras jamás articuladas y me encierran en un oscuro abismo...

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