11 ene 2014

Sin título III.

Esta mañana, al despertar, he sentido mi cuerpo lastimado, golpeado por las pesadillas que a veces merodean por mis sueños. Otra vez ha vuelto a suceder...Y me sentía extraño, me siento extraño....
Han pasado algunas horas desde mi amargo despertar y no reconozco ni encuentro un sólo músculo de mi magullado cuerpo que no duela. Quzás se salve mi pequeño e insignificante corazón. Pero es que hoy no siento ni mucho ni poco.
Los silencios desordenan las certidumbres de los días pasados. Los miedos se asoman vertiginosamente al balcón de los recuerdos y tratan de saltar hacia un vacío ... vacío. Esta ciudad cada vez me interesa menos, me fastidia más, me enfurece su insistente urgencia por alcanzar metas con las que no me identifico. Creo que no necesito lo que me ofreces, ciudad perversa. Yo intentando tejer caminos con hilos de plata que tú consigues bañar de hojalata, ciudad perversa. Yo tratando de revelar mis pasiones a traves de palabras que vuelve a llevarse la brisa de enero. Un enero que se agota y yo con él. Quiero vivir rodeado de libros, de colores, de sabores y de excelentes aromas que estimulen mis sentidos.Algún día correré, perseguiré y alcanzaré un horizonte definido y visible, donde ni las metas ni los miedos ni los vértigos hagan de mi esto que hoy soy...

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