Bien, de acuerdo, si lo que
quieres es honestidad creo que puedo darlo... y si lo que buscas es mi sinceridad
pues también creo poder intentarlo. Aunque en el fondo no estoy seguro de que
lo quieras oir pues sabes que mi sinceridad suele ser más brusca de lo normal y
mi honestidad... en fin... tiene el mal vicio de la inoportunidad. La verdad,
ni yo mismo las quiero, pero si insistes....
Con toda sinceridad te diré
que me da igual, que me es total y absolutamente indiferente; que ya pasó y,
mira tu por donde, en contra de mis propias apuestas... no me desvelé... y ni siquiera busqué una explicación... Y únicamente una ráfaga de frío se me llevó algo que quería decirte... pero ya lo olvidé...
Y siendo honesto te diré
que... bueno, no pasa nada. En serio, no sufras, además ya sabes que acostumbro
a equivocarme con demasiada frecuencia, mi torpeza en el juego me delata...
Pero no, no te vayas, que
estaba yo pensando que, ya que estamos en plan confidencias, me voy a terminar
de desquitar, pues últimamente estoy muy avanzado en mi cursillo de:
qué-cosas-se-deben-dejar-en-qué-sitios.
Y como práctica de evaluación
voy a empezar por poner ese maldito cascabel sobre la mesa, seguido de mi mano
de poker, aquella con la que me tiré el farol y para terminar del todo te dejo un
par de martes13...
Pero ya ves que sigo siendo
torpe y en un desliz me da por ponerme a recordar; intento hacer recuento de
algo que no lo merece. Voy inventariando los días, los clasifico, los archivo,
les voy dando la vuelta y cuando me quiero parar a pensar ya no están. De qué
sirven los recuerdos si no para las tardes de domingo....?
Perdona, se me olvidaba que
ya no tengo tardes de domingo, mi despiste, ya sabes... tal vez sea ese el
problema, que me faltan las tardes de domingo. O qué en su día me sobraron,
quien sabe?
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